La alergia y la conducción
Casi 8 millones de españoles tienen alergia al polen. Esto supone que 1 de cada 4 verán, durante semanas, algunos síntomas que dificultan su día a día.
Y, por supuesto, conducir no iba a ser una excepción. Y es que el cansancio, los estornudos, la falta de sueño y los ojos llorosos afectan directamente a la conducción. Eso por no hablar de los efectos secundarios de algunos antihistamínicos.
Cómo conducir con seguridad a pesar de la alergia
La tienda on line de recambios, endado.com, nos da unas claves para garantizar una conducción segura para los conductores que sufren alguna alergia:
Los antihistamínicos
Aún si la alergia te condiciona el día a día, nunca optes por la automedicación. Consulta siempre con un médico para que te recomiende el medicamento más indicado. Además, podrá informarte de los efectos secundarios como, por ejemplo, la somnolencia, y su efecto sobre la conducción.
Lo más recomendable es empezar el tratamiento dos o tres días antes de emprender un viaje, para poder analizar cómo nos afecta y darle tiempo al organismo para adaptarse.
Las peores horas para los alérgicos
El nivel de polen no es el mismo a lo largo del día. Así, las peores horas son el amanecer y el atardecer, por lo que son momentos en los que deberemos evitar sentarnos al volante.
El cambio de filtro
Cuando tenemos alergia, parece que nada nos sienta bien. Y es que el aire acondicionado llena el habitáculo de polvo, polen y gases contaminantes del exterior, mientras que el aire viciado del interior tampoco es recomendable. Por eso, lo óptimo sería cambiar el filtro, mejorando la calidad del aire.
Por eso, Endado aconseja sustituir el filtro de habitáculo, también llamado filtro de polen, entre los 15.000 y los 30.000 km, o bien cada año. El momento ideal sería, precisamente, durante la primavera, eliminando las partículas concentradas durante el otoño y el invierno.
Al volante, cero, cero
Si siempre es recomendable conducir con la tasa de alcohol de 0,0, si somos alérgicos es especialmente importante, más aún si nos estamos medicando. El alcohol podría acrecentar el efecto de somnolencia de los medicamentos.
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