Beneficios económicos y medioambientales de la conducción eficiente

La conducción eficiente supone un ahorro

Smiling woman drive a car and looking at camera through the car window.

Hay determinadas técnicas de conducción que conllevan múltiples beneficios. Si a eso le sumamos un cambio de actitud del conductor, veremos todas las ventajas de la conducción eficiente.

Cunado ponemos en práctica la conducción eficiente no sólo ayudaremos a preservar el medio ambiente. Es que, además, ahorraremos dinero al tiempo que mejoraremos el confort y apostaremos por la seguridad vial. Estas son algunas de las ventajas de este tipo de conducción según recopila AutoBild.

Cómo es la conducción eficiente

Son muchas las técnicas que se pueden aplicar para practicar la conducción eficiente. En la mayoría de los casos, se trata de aprovechar los aspectos que naturalmente tiene el coche. No obstante, desde la publicación de motor nos recuerdan algunas directrices para hacerlo de la mejor forma:

Al arrancar

Al arrancar el motor no habrá que pisar el acelerador. Además, no es necesario esperar para iniciar la marcha, excepto en los motores turboalimentados, en cuyo caso bastará con 2 o 3 segundos.
Igualmente, si el coche está cuesta abajo podremos salir directamente en segunda. Si no, con un par de segundos en primera será suficiente.

Durante la marcha

Lo más conveniente es fijarnos en las revoluciones para cambiar de marcha. Así, un gasolina tendrá que cambiar antes de las 2.000 revoluciones. En un motor diésel, será antes de las 1.500 rpm.

Si, en lugar de en las revoluciones, queremos poner el foco en la velocidad, también podemos regularlo. Así, el cambio a segunda se hará a los 2 segundos o a los 6 metros. A tercera, desde los 30 km/hr. A cuarta desde los 40 km/hr y quinta por encima de 50.

Al acelerar lo mejor es no apretar el pedal a fondo, sino hacerlo poco a poco. De ese modo podremos ponernos en la velocidad adecuada gradualmente y alargando el proceso.

Por tanto, para practicar la conducción eficiente lo mejor es circular lo máximo posible en marchas más largas y a bajas revoluciones.

Velocidad de circulación: La regularidad es la clave. Hay que saber a qué velocidad queremos circular y mantenerla lo más uniforme posible. Así evitaremos cambios bruscos de ritmo.

Para frenar, en cambio, lo mejor es olvidarse de los pedales. Así, levantaremos el pie del acelerados y dejaremos rodar el coche para que pierda velocidad. Si lo que queremos es detener completamente el vehículo, lo mejor es detenerlo sin reducir previamente de marcha.

Si en lugar de una detención lo que vamos a hacer es una parada de más de 60 segundos, lo mejor es apagar el motor. Y es que si lo dejamos al ralentí seguirá consumiendo.

Prevención

Al conducir, hay ciertas precauciones que debemos tomar siempre. Pero es que si las sumamos a la conducción eficiente, lo optimizaremos.

Así pasa, por ejemplo, con mantener la distancia de seguridad. Y es que nos permite tener un amplio campo de visión que permitiría ver dos o tres vehículos por delante. De este modo nos aseguraríamos de no tener que dar frenazos bruscos ante cualquier imprevisto.

En la mayoría de las situaciones, aplicar las reglas de la conducción eficiente contribuye al aumento de la seguridad vial. Pero, obviamente, existen circunstancias que requieren acciones específicas distintas, para que la seguridad no se vea afectada.

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