La parte mala del verano
Parece que llevemos todo el año esperando la llegada del verano. Especialmente este año, que hemos tenido un invierno y una primavera más fríos y lluviosos que de costumbre. Pero igual que cuidamos nuestro cuerpo del sol y el calor, debemos hacerlo con nuestro coche.
El sol, el calorcito, la playa… son incentivos para disfrutar del verano. Pero también nos requiere un extra de prevención, para no quemarnos ni deshidratarnos. También para que el coche no se nos estropee.
Por eso, en Bolsamanía han querido recopilar algunos consejos que cuiden la carrocería. Para que la vuelta a la rutina de septiembre no nos suponga, además, una visita al taller.
Consejos para que no nos afecte el verano
Estos son cinco consejos que harán que tu vehículo pase sin peligros esta temporada veraniega y no te hagan acudir al taller cuando vuelva el mal tiempo.
Protege el coche del sol
Exactamente igual que tú te echas crema, el coche necesita cuidado. Para evitar el daño de los rayos UV en la carrocería, lo más recomendable es aparcar siempre que sea posible en interiores o a la sombra. Si no es posible, puedes cubrir el vehículo con una lona. El interior de tu coche puede llegar a superar los 55 grados centígrados tras una hora bajo el sol, algo que genera desperfectos en la batería y resulta peligroso al volver a retomar el viaje.
Mucho ojo en la playa
Si bien para muchos pasar el verano en la playa es un placer, esto puede afectar a su vehículo. Y es que cualquier roce con la carrocería puede rayarla. Además, el ambiente húmedo de las zonas costeras, sumado a la salinidad de la arena del mar, puede provocar corrosiones en tu coche que pueden extenderse.
Adiós a los mosquitos
Tanto los mosquitos como las deposiciones de pájaro pueden estropearnos la carrocería. Deberíamos eliminarlas cuanto antes siempre, pero especialmente en verano. Esto se debe a que cuando se secan, eliminarlas es mucho más difícil, pudiendo llegar a levantarse la pintura.
El coche también necesita refrescarse
Todos andamos deshidratados en estas fechas, y el coche no iba a ser menos. Un bañito de agua fría nunca sienta mal en los días más calurosos, y a tu coche tampoco. Intenta pegarle un ‘manguerazo’ o lavarlo con frecuencia (una vez a la semana), evitando las horas de mayores temperaturas y secarlo al sol. Además, el lavado manual siempre será más respetuoso con la carrocería que el automático.
Cuidado con los golpes
No hay época buena para hacerle un arañazo al coche, pero en verano aún menos. Con las altas temperaturas puede provocar problemas de erosión, que podrían extenderse al resto de la carrocería.
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