La rebelión en los cuarteles, desde hace unas semanas ya no nos es ajena. Los agentes de tráfico reivindican un mayor reconocimiento y su principal queja reside en que sólo se les considere como meros recaudadores. Estas críticas saltaron a la palestra hace semanas cuando unos Guardias Civiles declararon que se sentían presionados para poner más multas a los conductores. Esto destapó la caja de Pandora y ahora los agentes muestran abiertamente su disconformidad al papel de recaudador que en muchos casos les ha sido casi exclusivamente relegado.
Este malestar que tiene su procedencia en la idea que la Agrupación de Tráfico llevó en base a las instancias del Ministerio del Interior y de la DGT, y que pretendía valorar el Resumen de Actividades Individuales (RAI) de los agentes, tiene pinta de encontrarse ahora en su momento de máxima tensión. El objetivo perseguido era y es, valorar el rendimiento de los agentes para mantenerles o quitarles los complementos salariales, sin embargo estos critican duramente el peso que ciertas actividades adquieren en dicha valoración.
Para ello se han tenido que acostumbrar al hecho de que se obtiene más valoración imponer multas, que por ejemplo, los auxilios en carretera. Además de esta formulación, el caso de que este informe de productividad sólo sea aplicable a los agentes de carretera y no a los que realizan tareas administrativas, mecánicas, o de laboratorio… les hace pensar que su principal objetivo es aumentar únicamente el número de multas.
Por este motivo los agentes «se ven obligados y presionados en muchos casos a multar más» si quieren conseguir los complementos salariales que recibían, generando verdaderas tensiones tanto en los cuarteles como en la calle, donde los ciudadanos últimos enterados, se están cansando de que su dinero salve la mala gestión que se ha llevado desde hace ya bastantes años.
Bueno, puede ser cierto.. pero no me creo mucho la rebelión, cuando es sus complementos lo que está en juego, es una pena que el buen nombre de la Guardia Civil sea continuamente ensuciado por la chulería y la arbitrariedad de los agentes de tráfico, así que ese papel de «buenos» no me lo creo mucho después de los años que llevan así. EL tiempo dirá…