Un taxi es para muchos como un auténtico hogar. Un lugar para moverse, relajarse, de conversación y en muchos casos de desahogo y precisamente de esto último es de lo que se quejan ahora los taxistas en Madrid. Sus clientes o pasajeros se desahogan físicamente más de la cuenta y ahora muchos de ellos lucen en sus coches una pegatina que indica que los gases están prohibidos.
El cartel en cuestión no se trata de un aporte al medio ambiente sino que se trata de una iniciativa que han tomado los conductores de la capital en protesta ante la falta de educación y de decoro de muchos de sus pasajeros. Esto no supondrá multas ni se trata de una ley, pero es una muestra de que los taxistas de la capital están cansados de que los clientes se crean que porque están conduciendo no tienen olfato fino.
Tienen claro que pueden ser auténticos psicólogos en su carrera pero que no van a aguantar los escapes de esos pasajeros más descarados. Por eso a través de esta original acción más de uno se cuidará de utilizar el taxi como un baño si no quiere que le saquen los colores en el trayecto.
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