Una de las consecuencias que se está notando más con la crisis económica es que hay muchos conductores que tienden a dejar abandonado su coche en la calle, creyendo que esto les permitirá ahorrarse muchos gastos. Lejos de esta idea, los vehículos parados son carne de cañón de multas y de múltiples averías.

Muchos conductores y familias que contaban en su momento con dos vehículos, se han visto obligadas por la dureza de la crisis a tener que prescindir de uno de ellos. Éste si no ha sido vendido, queda relegado a la calle donde se tiene la creencia de que al no moverse no supondrá ningún gasto. Una idea muy contraria de lo que sucede en la realidad.

Según recoge el Reglamento General, todo vehículo, independientemente del uso que tenga, debe someterse a la inspección técnica en una de las estaciones de ITV habilitadas para esta tarea. Al tratarse de vehículos parados y normalmente con bastantes años a cuestas, presentan averías que tienden a ser ignoradas al no pasarse en su momento la ITV, motivo más que suficiente para ser castigado con multas.

Estas sanciones que parten de 100 euros están tipificadas como infracción leve en caso de que el vehículo no circule y no haya recibido la correspondiente inspección, ó de 200 euros  si se utiliza por las carreteras sin la ITV, falta considerada ya como grave.

Del mismo modo y aunque se tenga prácticamente abandonado el vehículo en la calle, éste tiene que tener un contrato de seguro ante cualquier situación imprevista como puede ser un cortocircuito o incendio que puede derivar en elevados gastos para el titular. De lo contrario también hay multas de entre 600 y 3.000 euros variando las cifras según el vehículo circule o no.

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