Querer simultanear tareas no es cosa fácil y  mucho menos barata. El estrés con el que vivimos el día a día nos hace en muchas ocasiones no poder sentarnos a la mesa y disfrutar de un tranquilo desayuno. Y el hecho de tener que comer mientras se conduce no sólo es peligroso sino que puede provocar mayor indigestión si viene acompañado de una multa de tráfico.

Esta situación que podemos englobar dentro de las multas de tráfico raras de las que nos enteramos temporalmente ha afectado a un vecino de Sabadell que ha visto como su rápido desayuno montado sobre su bicicleta le ha salido especialmente caro al estar acompañado de una multa de tráfico. Los hechos se sucedieron de manera vertiginosa, un camino bastante inocente por la Rambla en pleno centro de  la ciudad mientras este ciclista que iba camino del trabajo se comía un croissant a modo de desayuno.

Sin embargo su acción se vio interrumpida y hasta atragantada cuando un agente le paró y le puso una multa de tráfico alegando «conducción temeraria», por el motivo de no tener toda la atención puesta en la calle y ser el croissant un motivo de suficiente peso para distraerse  y provocar un peligro para los ciudadanos.

Una multa de tráfico que no sólo dejó sorprendido a este ‘ciclista atrevido’ sino que incluso los propios compañeros del policía afirmaron que les había dejado perplejos, dado que no es un motivo frecuente por el que se ponen multas de tráfico a este colectivo. Pero desde la llegada del carnet por puntos, las exigencias se han hecho más notables, la necesidad de recaudar y la insistencia con la que se apuesta en campañas por la seguridad de ciclistas y peatones, pretenden no dejar títere con cabeza. Motivos que no han convencido al afectado de esta historia que recurrirá la multa al considerar que se le ha sancionado por comer un croissant.

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