Las prisas en carretera, el rigor de los horarios y la necesidad de llegar e intentar pasar límites, termina haciendo del tacógrafo un enemigo para los transportistas. Éste, encargado de controlar los tiempos de conducción y descanso es uno de los puntos fuertes de control por parte de los agentes.
El último episodio en el que se ha descubierto una sofisticada técnica para manipular el tacógrafo ha sido en Burgos. En este caso la propia Guardia Civil dio ha dado con el conductor en la A-1, tras haber dado un uso completamente anormal a este instrumento medidor con el fin de aumentar el tiempo de conducción sin ser detectado. Un objetivo que no ha alcanzado la meta perseguida tras ser interceptado por efectivos de la Guardia Civil.
Una detallada inspección al interior del vehículo, dejaba ver una modificación elecrónica que producía que la lectura de los tiempos de conducción y de descanso, mostrase largos espacios de tiempo de descanso cuando en realidad en ese intervalo se estaba conduciendo. Todo esto se llevaba a cabo con ayuda de un mando a distancia que accionaba a voluntad y que permitía falsear los datos, alargando la jornada sin ser detectado en las inspecciones.
La trampa para alargar la jornada conduciendo
Un tipo de manipulación difícil de detectar que ahora podría acarrear al propietario del vehículo una posible multa de 4.001 euros por alterar el funcionamiento del tacógrafo y de 500 euros para el conductor además de la retirada de su permiso de conducción.
Recent Comments