Tráfico ha puesto especial empeño en que los vehículos que circulen por nuestras carreteras cumplan a la perfección con sus obligaciones y entre ellos no descuidar la cita obligatoria con la ITV. Tal es la importancia que otorgan a este punto que tanto con radares y cámaras, como con controles, harán su vigilancia más exhaustiva. El resultado: se disparan las multas.

Las cámaras de la Dirección General de Tráfico no sólo tienen los ojos puestos en la velocidad. Otro de los aspectos al que le dan una relevancia total, se encuentra en el control de que los vehículos que circulan por nuestras carreteras hayan pasado la Inspección Técnica obligatoria (ITV) en el tiempo establecido. Por ello, tanto radares como cámaras, han asumido un nuevo rol en su tarea escudriñadora que ha hecho que se disparen en un corto periodo de tiempo, las multas de tráfico por este motivo.

A través del programa ITICI que se encarga de leer las matrículas de manera aleatoria se  consigue averiguar si los vehículos no han pasado puntualmente la ITV, un secreto que hasta este momento, creían los conductores que les pertenecía sólo a ellos.

Dos multas en lugar de una

Del mismo modo y teniendo en cuenta la importancia que se le da en la actualidad a los radares, también a través de estos dispositivos de control, se ha añadido una función extra a la que ya desempeñaban. En estos casos, los radares se encargan de revisar sólo a los conductores que han sido denunciados por un exceso de velocidad, fotografiando la matrícula y aprovechando esta circunstancia, para la revisión de que la ITV está en regla. Si la tiene caducada, recibe dos multas en lugar de una.

La proliferación de los controles, que este año resulta una de las grandes apuestas de Tráfico con los últimos cambios en su política, la presencia cada vez mayor en nuestras vías de vehículos de gran antigüedad y los gastos y falta de ingresos derivados de la crisis, son los principales factores para que las multas de tráfico por la ITV vayan en aumento. Un problema con el que la DGT quiere acabar de raíz, a golpe de sanción.