Como si se tratase de una ley inexorable, llegamos al trágico momento de buscar aparcamiento y entonces se produce el fenómeno… Los conductores por instinto y casi por norma bajan el volumen de la radio. Un acción mecánica que se repìte en otras situaciones y que cuenta con una clara explicación.
Sabemos que la tarea de encontrar aparcamiento en ciudades es una acción prácticamente titánica que requiere de todos nuestros sentidos, primero para lograr un hueco que se ajuste a las necesidades de nuestro vehículo, segundo para sortear en esta hazaña las multas de tráfico. Tal nivel de concentración requiere la búsqueda, que se exige a los conductores dejar a un lado todo lo que suponga una distracción. Es por ello que se adapta como costumbre y hasta norma, el bajar el volumen de la radio y en los casos más drásticos apagarla en busca de la deseada plaza de aparcamiento.
Un fenómeno que se experimenta con mayor intensidad en personas más maduras que en jóvenes, dado que estos últimos han crecido en un entorno rodeado de multifunciones que Internet y las redes sociales han alimentado. Una curiosidad que no sólo vemos como caso aislado en el momento aparcamiento y radio, dado que en la conducción se traslada también estas exigencias a otras situaciones tales como cuando conducimos por un sitio nuevo y desconocido, o al adelantar grandes camiones en la autovías. Los principales clásicos.
El factor externo de la música o el mismo hecho de mantener una conversación con el copiloto nos limitan la capacidad, por eso es tan frecuente esta situación de la que a buen seguro ahora te fijarás con más devoción, ¿también tú la has experimentado? ¡No somos los únicos bichos raros!
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