Radares sonoros, lo último en control de carreteras

Si estamos acostumbrados a los radares que con minuciosidad controlan nuestros movimientos, se espera una nueva incursión en nuestras carreteras no a un plazo muy lejano, con los denominados radares sonoros. Dispositivos destinados a combatir con multas, la contaminación acústica.

Los radares sonoros aparecen como una opción nada despreciable en un nuevo intento por reducir la contaminación acústica. El objetivo de estos dispositivos es muy claro: multar a los coches más ruidosos, teniendo principalmente en su mira, los vehículos con potentes altavoces o los que tienen sistemas de disminución de ruidos ilegales.

Unos radares que han sido bautizados bajo el nombre de Hornet y que cuentan con un funcionamiento muy similar al de cualquier otro radar. Su operativo para multar consta de tres fases: en primer lugar el dispositivo capta el ruido del coche para hacer seguidamente un pequeño vídeo o foto que refleja ya la matrícula del vehículo. Una vez que se ha llevado a cabo la identificación de éste, el sistema envía un ticket con los datos a la oficina central.

La clave que permite todo el proceso, parte de que estos radares sonoros cuentan con un conjunto de micrófonos repartidos por toda la superficie, además de una videocámara de apoyo. Cuando el sistema detecta un ruido inusual, este radar cuenta con la capacidad precisa para determinar el momento y el lugar de los hechos, gracias al acompañamiento visual, de una manera tan precisa que hasta llega a asustar.

Interés para las ciudades

Sus características se han convertido en objeto de interés para algunas ciudades, como es el caso de Nueva York, aunque todavía la empresa se encuentra en fase de negociaciones. Pero viendo en su instalación un futuro esperanzador para combatir por otra vía la contaminación de las ciudades a causa del tráfico, no es de extrañar que pronto se esmeren en alcanzar esta potente tecnología para multar más.

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