Desde hace años, los miembros de la Unión Europea han adquirido el compromiso de reducir la emisión de gases contaminantes, y uno de los grandes focos son los coches. Por eso, utilizar técnicas como la conducción eficiente se vuelve crucial en la lucha contra el llamado «efecto invernadero».
El estado de los vehículos depende, en gran medida, del estilo de conducción. Pero afecta también al medio ambiente e, incluso, a nuestro bolsillo. Y es que adquirir determinadas costumbres cuando estamos al volante puede suponernos un ahorro de hasta 900€ al año en vehículos nuevos, 300 en los modelos más antiguos. Así lo asegura la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), que ha elaborado una lista de consejos para reducir el gasto de combustible al volante.
Pero, además, las emiciones nocivas que provienen de los coches son las causantes del elevado porcentaje de contaminación que tenemos, puesto que los combustibles fósiles producen elevadas emisiones de CO2 a la atmósfera. Así pues, mediante la conducción eficiente y la fabricación de vehículos ecológicos estamos colaborando tanto en la preservación del medio ambiente como en la de nuestra economía familiar.
Consejos de conducción eficiente
La conducción eficiente es un nuevo modelo de conducción que logra, al mismo tiempo, reducir la contaminación ambiental y el consumo de carburante. Supone, además, un mayor confort en la conducción y reduce los riesgos en carretera. Se trata de unas sencillas y eficaces reglas con las que obtener el máximo beneficio de los motores actuales.
– Control en el uso del aire acondicionado y la calefacción. Es uno de los accesorios con mayor incidencia en el consumo de combustible. La temperatura más recomendable está entre los 21 y los 22 grados.
– Bajar las ventanillas no es la solución. Provoca una mayor resistencia del vehículo, haciendo que aumente el gasto de combustible. Por eso, siempre es mejor utilizar los dispositivos de aireación de los que está dotado el vehículo.
– Carga del vehículo de forma eficiente. Una mala distribución del peso, o que este sea excesivo, también aumentará el consumo.
– Revisiones constantes. Determinadas averías del motor, filtros oturados o neumáticos con la presión inadecuada disparan el uso de combustible. Además, todos estos errores de mantenimiento pueden suponer un riesgo en la carretera.
– Arrancar y poner en marcha el vehículo prestando atención a los detalles. No debemos arrancar el coche mientras pisamos el acelerador; además, los vehículos diesel necesitarán unos segundos antes de iniciar la marcha, mientras que los gasolina deberán ponerse en marcha nada más accionar el motor.
– Uso de las marchas. Procura, siempre que puedas, utilizar marchas largas. Así, la primera sólo se utiliza al arrancar, y durante poco tiempo, pasando en cuanto sea posible a segunda. Cuantas menos revoluciones alcance el motor, menos combustible estará gastando. Por el mismo motivo, si evitamos los frenazos y puestas en marcha bruscos también estaremos ahorrando. Una buena opción es utilizar, siempre que sea posible, el freno motor.
– Conducir en atascos. Si la parada va a durar más de 60 segundos, es recomendable apagar el motor, evitando el ralentí y el gasto que conlleva.
Alternativas del consumo eficiente
Los avances en la ciencia permiten también reducir el gasto de combustible y las emisiones nocivas a la atmósfera. El más conocido (aunque aún poco popularizado) es el coche eléctrico, que reducen la contaminación atmosférica al mismo tiempo que la acústica.
Por otro lado, los biocombustibles son obtenidos de manera renovable a partir de restos orgánicos. Tienen un pequeño porcentaje de combustible, mezclado con otras sustancias como aceites vegetales, alcohol o desechos orgánicos.
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