Queremos un coche pero no una gran deuda con el banco, ni tampoco queremos un coche nuevo. Hemos decidido comprar un coche de segunda mano y después de haber mirado miles de ofertas, hemos descubierto ese vehículo que es el de nuestros sueños, que nos ha enamorado, que nos encanta.

Pero… ¿lo compramos así, a la primera? ¡Error! ¡Tremendo error! Debemos tener cuidado con lo de comprar sin revisar un coche de segunda mano. Precisamente son los vehículos uno de esos ‘útiles’ diarios a los que más uso les damos, siempre con ellos para arriba y para abajo. Por no hablar de aquellos que han sufrido un gran golpe y nunca volverán a ser lo que fueron…

Así, aunque hayamos decidido qué coche queremos, eso no será suficiente. Hay que hacer una revisión completa al vehículo, de arriba a abajo, sin saltarnos ni un centímetro ni por dentro ni por fuera. Si no somos unos expertos, lo primero que debemos hacer es intentar convencer al vendedor para que nos deje llevarlo a nuestro taller de confianza. Si cede, estupendamente.

Pero puede suceder que el vendedor te diga que nada de llevarlo a algún sitio y que hagas tú mismo el chequeo. Éstos son algunos de los rincones que no te puedes dejar:

Revisa neumáticos, pedales, la suspensión del vehículo, el volante, la carrocería, la tapicería, comprobar si el motor tiene fugas de aceite, si hay óxido bajo las alfombras… Pídele al dueño el libro de mantenimiento.

No debemos fiarnos nunca del estado que presente el vehículo a primera vista, ya que es más fácil de lo que parece trucar un coche. Lo mejor es no fiarse de nada: si hay una zona excesivamente reluciente puede que oculte un golpe. Si el cuentakilómetros no pasa de 100.000 pero el volante se ve desgastado, es más que probable que haya sido modificado.

Nada mejor como probar el coche. Ponle 5 ó 10 euros de gasolina y vete a recorrer ciudad con él. Frena, acelera, comprueba que no haya ni un solo ruido raro. Algo que hoy perdonas y dejas pasar podría salirte muy caro dentro de un tiempo.

Acude a la Jefatura de Tráfico y pide el historial del vehículo: si hay multas pendientes, el número de dueños… Todo te ayudará a hacerte una idea de cómo está el vehículo.

Si finalmente te decides a comprarlo, debes seguir todos y cada uno de los pasos que te reclamen para hacer el cambio de titularidad. Hazlo tal y como te pidan, con un contrato por escrito y firmado por los dos, puesto que si no lo hacéis bien y de manera adecuada te puede suponer un dolor de cabeza a medio plazo.

Una Compra con Garantía

Cuando ya esté todo completado, has de saber que hay garantía, pero que sólo vale para averías que tuviera el coche antes de cerrar la compra. En ese caso, el responsable es el anterior dueño del coche.

 

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