Cómo conducir con lluvia
Cuando hay lluvia, el número de accidentes se multiplica por 7. Y es que las condiciones de la vía van a ser distintas, por lo que tendremos que doblar la atención.
Los días de lluvia, aparte de formarse grandes atascos, se multiplica el número de accidentes. Esto se debe a que muchas situaciones pueden escapar de nuestro control, especialmente porque son imprevistas. Por eso es tan importante circular con atención, sin correr y anticipándose.
Cuando el asfalto está mojado, toda la conducción cambia radicalmente: los neumáticos pierden agarre, los frenos pierden efectividad y en muchos puntos se forman balsas de agua que pueden hacer que perdamos el control del vehículo.
Precaución: lluvia
En días de lluvia, lo primero que tenemos que evitar es ponernos en situaciones de riesgo. Siguiendo algunos consejos y, sobre todo, manteniendo la calma, reduciremos el riesgo de accidente.
Mejor conducir por el centro
Más allá de la recomendación de conducir siempre que sea posible por la derecha, los días de mucha lluvia lo mejor será conducir por el carril central. Y es que, aunque no se note a simple vista, siempre estará ligeramente más elevado que los carriles laterales. De este modo, evitaremos tener que pasar sobre grandes balsas de agua.
Con lluvia, las luces encendidas
Aunque aparentemente tengamos buena visibilidad, los días de lluvia tendremos que circular con las luces de cruce encendidas.
De este modo, no sólo veremos nosotros mejor, sino que también nos haremos visibles para el resto de conductores. Eso sí, es importante recordar que las luces largas no son las adecuadas en estos casos: podemos cegar al resto de conductores y provocar un accidente.
Con lluvia muy abundante lo mejor es detenerse
Una cosa es una lluvia ligera, y otra una tormenta en toda regla. En esos casos, sobre todo en las zonas sin edificar, la lluvia cae con mucha intensidad. Tanto es así, que a veces perdemos toda la visibilidad.
En estas situaciones, lo principal será mantener la calma. En la medida de lo posible, deberemos buscar un lugar seguro para detenernos. Evitaremos, así, el riesgo de conducir a ciegas.
Además, en casos en los que la lluvia es realmente torrencial podría llegar a arrastrar nuestro coche como si estuviese en medio de un río. Por eso, es doblemente importante buscar un lugar seguro donde parar.
Cuidado con el aquaplaning
Si nunca es reocmendable exceder el límite de velocidad, los días de lluvia mucho menos. De hecho, lo más aconsejable es adecuar la velocidad a las condiciones de la vía, y seguir conduciendo sin prisas.
Aunque, en principio, los neumáticos están diseñados para repeler el agua del asgalto, algunos factores pueden alterar este proceso. Una de esas situaciones es el aquaplaning.
En ese caso, el vehículo circula a una velocidad excesiva para las condiciones de la vía. Porque esas condiciones serán exactamente una superficie completamente cubierta de agua. El aquaplaning se da cunado se pierde la tracción y el control del vehículo por parte del conductor.
Cuando esto pasa en las cuatro ruedas, el trineo se vuelve incontrolable. La recomendación principal es no intentar pisar el freno, sino dejar que la tracción del coche sea la que frene el vehículo poco a poco. Si se va hacia los lados, intentaremos dirigirlo al lado contrario, para recuperar cuanto antes el control.
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Muy buenos consejos y muy prácticos, enhorabuena!.el mantenimiento de escobillas y neumáticos, esencial en invierno.
Aunque todos debemos saber que hacer, no está nada mal recordarlo…Gracias