Las particularidades de conducir con viento
Parece que, por fin, ha empezado realmente el otoño. Y aunque muchos ya estaban deseando que empezara, no hay que olvidar que la climatología requiere, a menudo, que seamos extremadamente cautos al volante. Una de esas situaciones es cuando tenemos que conducir con viento.
Parece que cuando se habla de la seguridad en la carretera sólo se mencionara la lluvia, la nieve y el hielo. No obstante, también es peligroso conducir con viento, especialmente cuando las rachas son laterales.
Conducir con viento será especialmente delicado cuando éste alcance cifras a patir de 70 kilómetros por hora. En esos casos, habrá llegado el momento de extremar las precauciones y seguir estos consejos.
Valora si es imprescindible conducir con viento
Si la previsión meteorológica ya anuncia viento, quizá haya que plantearse cómo de importante es coger el coche en ese momento. Y es que no hay mayor seguridad para conducir con viento que no conducir. Parecerá una perogrullada, pero posponer el viaje puede ser una buena opción.
Conducir despacio y con marchas cortas
Cuando nos enfrentamos a la situación de conducir con viento, desde luego no es el momento para correr. Si circulamos a una velocidad moderada, el coche tendrá mejor agarre a la carretera, por lo que será más difícil que el viento nos desestabilice.
Si, además, conducimos con marchas más cortas de lo habitual, seguiremos invirtiendo en seguridad porque será más fácil controlar el coche.
La dirección del viento es importante
Seguro que llevas toda la vida viendo las mangas de viento en las autovías y autopistas. Pues cuando tienes que conducir con viento es cuando realmente les encuentras utilidad.
Y es que si tenemos una referencia (también valen las copas de los árboles) será más fácil determinar de qué lado nos da el viento y, así, tomar las correspondientes medidas de seguridad.
Habrá que ser especialmente cautos al conducir con viento si éste es lateral y en rachas. Podrá hacernos perder el control más fácilmente que si viene de frente o desde atrás.
Estabiliza con el volante
En situaciones como esta, deberemos agarrar con fuerza el volante. Así, los cambios de velocidad o de la dirección del viento no provocarán bandazos en el vehículo. Al mismo tiempo, tendremos que combinarlo con movimientos suaves, con lo que podremos darle estabilidad al coche utilizando el volante.
Será más peligroso con un todocamino
Los todocamino (también llamados SUV) son más altos. Eso, juntos con las cotas de este tipo de automóviles y su masa, son todo un handicap.
Si, además del peso extra de este tipo de coches, decidimos conducir con viento portando una baca o las bicis, la estabilidad será aún menor.
Adelanta con precaución
Cuando sopla viento fuerte, mientras nos mantenemos detrás de otro vehículo este lo frena, al menos parcialmente. El problema viene cuando vamos a efectuar un adelantamiento y tenemos que abandonar esa seguridad.
Si en el momento del adelantamiento el viento sopla de frente, debemos contar con que nos limitará la velocidad. Esto será especialmente importante si nos toca conducir con viento por una carretera convencional, puesto que tardaremos más en efectuar el adelantamiento.
Cuando el viento es lateral, el adelantamiento se complicará aún más, especialmente si estamos rebasando camiones o autobuses. Y es que mientras les adelantamos harán de mampara con el viento. Podríamos, así, intentar corregir la dirección y acercarnos demasiado al otro vehículo, provocando un accidente. Otra posibilidad sería que, al salir de la zona sin viento y reaparecer éste, nos cueste más de la cuenta volver a nuestro carril.
En caso de que el viento venga de la izquierda, también puede empujarte hacia el vehículo que quieres superar.
Evita los extremos del carril
En estas situaciones, lo mejor es conducir por el centro del carril. De no hacerlo, una ráfaga inesperada podría hacer que nuestro vehículo invadiese el carril contrario o nos sacase de la vía.
Presta especial atención al medio
Las fuertes rachas de viento no sólo afectan a los vehículos, evidentemente. Por eso, deberemos prestar especial atención a nuestro entorno. De este modo, si nos topamos con árboles caídos, ráfagas con arena, etc.
Cuidado a la entrada de los túneles
En el momento en el que entramos a un túnel, el viento para de golpe. Por eso, no es raro que el conductor se confíe. La parte peligrosa vendrá al salir del túnel, cuando el viento volverá de golpe y es posible que haya cambiado de intensidad y dirección.
Por cierto que hay que tener un extra de precaución también al conducir con viento por un puente. Esto se debe a que en estas construcciones las corrientes de aire sueles ser mucho más inesperadas y el vehículo se encuentra más expuesto.
Revisa los neumáticos
Si siempre es importante tener los neumáticos en buen estado, un día de viento fuerte lo es aún más. Y es que de ellos depende nuestra sujeción a la carretera. Por eso, una profundidad del dibujo adecuada y una presión medida son imprescindibles.
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