Pese a los esfuerzos de la Dirección General de Tráfico (DGT), por intentar que los vehículos con una antigüedad superior a diez años dejen de circular por las carreteras y más sin haber pasado la correspondiente revisión de la ITV, la crisis como principal motivo, hace que cada vez se eluda más una de las principales responsabilidades de todo conductor.

Las cosas empeoran tal como ha quedado reflejado en los datos de AECA-ITV sobre el año pasado. Y aunque algo de conciencia se ha asentado y han aumentado las visitas para realizar la inspección obligatoria de vehículos, también cada vez es mayor y más grave los defectos por los que los vehículos no superan esta prueba, así como también el incremento de los vehículos que circulan con la ITV caducada.

El asunto supone una gran preocupación dado que se determina que cerca de casi dos millones de vehículos no tienen la inspección al día, un riesgo muy silencioso pero existente en las carreteras. Por lo que ante estos resultados la DGT establecerá todavía más mano dura para intentar eliminar de la circulación estos peligros pontenciales. Un buen ejemplo de ello, serían los medios telemáticos que desde 2013 alertan a Tráfico si el vehículo cuenta con la inspección en regla o no. También el hecho de que un agente nos destenga y no se lleve la pertinente pegatina que demuestra que se ha pasado la inspección, también será motivo de multas de tráfico.

El principal riesgo de la antigüedad es que esto puede degenerar en averías y fallos que los conductores a toda consta quieren tapar de sus vehículos. Un peligro para la seguridad vial así como también un importante riesgo económico porque la multa por circular con una ITV desfavorable o caducada es de 200 euros que se incrementarían en 500, pérdida de puntos o incluso la retirada del permiso si se pone en peligro al resto de conductores por no acudir a tiempo a la inspección técnica.

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