La Dirección General de Tráfico (DGT) ha realizado una nueva inversión con destino a obtener e implantar radares móviles en las carreteras. En esta ocasión el gasto concreto ha sido de 900.000 euros invertidos en 18 radares nuevos del tipo láser, destinados a controlar y multar las carreteras secundarias.
Los radares son una inversión continua para la Dirección General de Tráfico (DGT). En esta ocasión su nueva partida de gasto se ha destinado en la compra de 18 cinemómetros láser para que los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realicen controles de velocidad, destinando el principal foco de esfuerzo en las carreteras secundarias, en concreto, las de un carril por sentido.
Por el momento no se han producido cambios en la ubicación facilitada por la DGT en su lista publicada en su página web, pero todo apunta a que la mayor parte de estos radares se situarán en las carreteras secundarias, (donde más accidentes mortales se producen). En su explicación desde Tráfico, se ha alegado que estas incorporaciones son necesarias porque «debido a las caractertísticas del terreno, es difícil operar con los cinemómetros radar ubicados sobre vehículos».
Abandono de puntos negros
Una inversión para la que se trabaja de manera continua, dejando en segundo plano el gasto necesario para mejorar el estado de las vías. Empezando por los puntos negros que siguen siendo un grave foco de siniestralidad.
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