Casi 13.000 euros se ha gastado el Ayuntamiento de Gijón en un nuevo ‘multacar’, ‘multacoche’ o ‘multamóvil’, como se le quiera llamar. Eso sin contar el equipamiento con el que deberá contar para cumplir su función, esto es, poner todas las multas posibles.
El Consistorio ha decidido pasar del régimen de alquiler, en el que actualmente se encontraba, y comprarse su propio vehículo. Debe ser que han visto que es rentable. El que ahora estaba funcionando en la capital asturiana llevaba activo desde 2006 y en principio sólo patrullaba el centro. Esa situación cambió al acceder al poder Foro Asturias, que decidió que también recorriera barrios.
Desde la concejalía de Seguridad Ciudadana no han tardado en informar que el fin de tener un ‘multacar’ en propiedad no es recaudatorio. "Es una medida disuasoria", aseguran, y añaden que "existe para que los turismos no molesten en zonas peligrosas o que resten visibiildad".
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