El nuevo impuesto de circulación tendrá muy en cuenta lo contaminantes que sean los vehículos, poniendo especial atención en los más antiguos al producir mayores emisiones a la atmósfera.
Si no hay cambios de última hora, el año que viene entrará en vigor el nuevo Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, denominado de manera común, impuesto de circulación. Entre las particularidades que contará este impuesto, resalta la importancia que cobrará a partir de este momento el hecho de que los vehículos contaminen más o menos, dado que en función de ese parámetro se tendrá que pagar más por ello.
Esto se recoge en el propio texto del Plan de Calidad de Aire 2013-1016, destinado a reducir la contaminación principalmente en las ciudades y sobre el cuál se regirá ahora el pago por circular con vehículos. De esta reforma, se reconoce que los más perjudicados por el cambio que se espera, serán los vehículos más antiguos, debido a «que producen mayores emisiones a la atmósfera». Se tendrá muy presente no sólo el dióxido de carbono que emitan los coches, sino que también y como novedad cobrará especial importancia el NOx y las partículas que los vehículos puedan lanzar a la atmósfera.
Una forma práctica de intentar quitar de la circulación los vehículos más antiguos a base de tasas y de cuidar del mismo modo el medio ambiente. El texto definitivo se acordará con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y lo presentará el Gobierno como su nueva reforma el próximo 26 de abril.
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