La documentación obligatoria
Los viajes con los equipajes, las ganas de escaparse y de descansar pueden hacernos que olvidemos no sólo algunas pertenencias, sino documentos que siempre deben acompañar a todo conductor en cada trayecto con su vehículo. En la guantera siempre tienen que estar presentes y en caso de olvido pueden ser motivo de multas de tráfico.
El no conocer la norma no es una justificación para no cumplirla y aunque podemos pensar que es muy banal el hecho o descuido de olvidarnos alguno de los documentos que afectan tanto al conductor como al vehículo, esto tiene consecuencias económicas en caso de ser interceptado por los agentes.
Para empezar se tiene que tener claro que uno de los documentos indiscutiblemente obligatorios en cada viaje al volante, será el permiso de circulación del vehículo o en su defecto, una autorización provisional, que es expedida por la Jefatura de Tráfico. Su falta por las circunstancias que sean, no es para tomársela a broma, dado que implica una multa de 500 euros, por lo que éste sería un olvido bastante doloroso. También es obligatoria la Tarjeta de Inspección Técnica de Vehículos donde se controlan desde las característivas del vehículo hasta su antigüedad y si cuenta con la ITV en regla.
En caso de olvido del carnet de conducir la sanción resulta de 10 euros pero si éste se encuentra caducado se eleva hasta llega a 500 euros. Lo mismo sucedería en caso de presentar una tarjeta de ITV que no se encuentre en vigor, llevándonos a una multa de tráfico de 200 euros.
El olvido más grave
Sin embargo el mayor de los castigos económicos que puede tener un conductor ante determinada falta de documentación, lo encontramos en el seguro del vehículo. Y es que aunque no es obligatorio tenerla encima, sí lo es tenerla en regla. Hablamos del seguro, que deberá estar en vigor. Sí es recomendable, además, portar un documento real que lo acredite, puesto que no tener el seguro al día conlleva una multa que puede variar entre los 601 y los 3.005 euros, además de resultar el vehículo inmovilizado por los agentes. Unos olvidos que pueden salir en un momento dado muy caros.
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