Todo lo que sea romper el orden y equilibrio urbano está muy elevadamente penalizado y si esto afecta además a las señales de tráfico y por consiguiente a nuestra seguridad en las vías, las multas son de órdago al estar ante una infracción considerada como muy grave.

Impedir la correcta visión de una señal de tráfico no resulta una mera e inocente broma y es un comportamiento completamente penado. Se tratan de situaciones puntuales que pueden llevar a un riesgo al provocar situaciones de peligro en nuestras calles y carreteras, además de acarrear siempre unos gastos en las reparaciones y respectivo mantenimiento. Por ello para conseguir erradicar una práctica que consideran como «nada divertida» y muy costosa han puesto unas sanciones a la altura de las circunstancias.

Multa de hasta 3.000 euros

Y es que desde ahora el hecho de poner una pegatina o pintar de alguna manera alterando el significado de las señales de tráfico, supondrá multas de hasta 3.000 euros, siendo consideradas estas acciones como muy graves. No es que se quiera coartar las tendencias artísticas o dar un toque de humor como se ha visto en algunos casos, sino en poner todo tipo de medios para preservar lo más inalterado posible los medios que cada día son la mejor guía para nuestra seguridad vial.

De esta forma se recrudecen las formas y el precio de las sanciones, obedeciendo esto a una mayor presión y a una menor capacidad para poder reiniciar gastos en elementos por los que un día ya se pagó una importante cantidad de dinero. Desde ahora pintar o poner una pegatina a una señal saldrá más caro que cometer un exceso de velocidad.

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