Campaña tras campaña se ha ido creando conciencia de lo importante que es ocupar una plaza en el vehículo con el adecuado sistema de retención tanto para adultos como para menores.
Una necesidad que viene acompañada de multas de tráfico para los más remolones que se resisten a proteger a los menores y sobre los que cae la responsabilidad en caso de accidente.
El uso adecuado del cinturón de seguridad o del respectivo sistema de retención cuando hablamos de los más pqueños, pueden ser determinantes ante una situación extrema cuando se viaja con niños en el coche. Una responsabilidad que tratándose de menores siempre recae directa en el conductor del vehículo, lejos de lo que sucede cuando los acompañantes son mayores de edad. Esto se debe, entre otros puntos a que en el caso de los sistemas de retención infantil, estos tienen que ser colocados previamente en unas condiciones concretas y esa labor corresponde al conductor.
De este modo y tal como regula el artículo 69 en el que hace referencia a la responsabilidad de las personas, dentro del Real Decreto Legislativo 339/1990 del Código de Circulación, el hecho de que un conductor lleve a un menor con el cinturón de seguridad mal abrochado o no estar adecuadamente instalado el sistema de retención infantil, se verá obligado a pagar multas de 200 euros, además de la pérdida de 3 puntos del carnet de conducir en el supuesto de que el menor tuviese que llevar un sistema de retención adaptado a su talla y peso.
Una teoría muy clara para no dar cabida a falsas interpretaciones que cuenta cada vez con mayores sucesiones de medidas para preservar la seguridad de los niños en todo tipo de medios. Por ello desde en los transportes públicos como en motos y recientemente en las bicicletas y su futuro uso obligatorio del casco en ciudad, se pretende apostar por la seguridad de los menores ante todo. En caso de no cumplirse los conductores y padres son los respondables económicos de que se vele por el cumplimiento de las normas cuando se habla de niños.
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