El hecho de que nos llegue una multa siempre nos supone un contratiempo, además de por qué negarlo, de rabia porque por unos minutos o escasos segundos se nos ha ‘pillado in fraganti’ cometiendo algo que no debíamos de hacer. Pero la historia se hace más sangrante cuando estas multas están rozando el límite de lo surreal y además de causarnos el fastidio propio se convierten en las risas de nuestros compañeros o amigos que ven la situación más cercana al Club de la Comedia que a una cuestión legal. He aquí una pequeña muestra que podéis compartir con nosotros si habéis vivido algo similar. ¡Esperamos respuestas!
1. Multado por tener colgado un tirachinas en el retrovisor
Desde luego que un recuerdo con valor sentimental puede resultar caro y sino que se lo pregunten a un conductor de A Coruña que fue multado con 300€ cuando conducía el coche de su novia, por llevar colgado un tirachinas del retrovisor. Como no incumplía ninguna norma de tráfico, y la documentación del coche estaba toda en regla, las autoridades locales le pusieron una multa por tenencia ilícita de armas y requisaron el juguete de madera, ante el disgusto del joven, ya que éste lo había elaborado su abuelo hacía más de 23 años.
2. Multada por ir a 750km/h en un Mini Cooper
Éste puede suponer el mejor ejemplo en lo que a multas surreales se refiere y que seguramente nos crispen más si hemos tenido una mínima ocasión de comprobar. Pero la protagonista de este episodio fue multada por aproximarse más a la velocidad de la luz que a lo que un coche normal respecta.
3. Multado por rascarse la oreja
La aparición de los teléfonos móviles tiene en vilo a los policías dado que es el mejor argumento para plantar una multa. Y así le sucedió a un abogado en Madrid que precisamente fue multado por ir hablando mientras conducía. Sin embargo él afirmó que se estaba rascando la oreja y así pudo demostrarlo enseñando el pertinente registro de llamadas del móvil a las autoridades. No obstante no le valió de mucho, debido a que se le multó con 60 euros por «conducir y sostener permanentemente la oreja con la mano derecha».
jajaja Lo de la oreja le paso a un familiar mio, con más de 90 años y sin idea de tecnología, conducía su vieja renault, con tranquilidad y sin pisarle, porque el ya está mayor, la furgonetilla también esta mayor y no era plan de ganarse una multa tal y como están las cosas hoy en día.
El límite era de 50 pero el iría a 30, en un camino bien visualizado y al ser de mañana temprano, vacio. Aun así y con los mas de 40 años de uso sin accidente alguno, el llevaba el cinturón, en aquel pequeño trayecto a su huerta. Eh aquí que estaba alli aparcado el coche de guardia civiles locales. Y es justo en ese momento que mi familiar, se rasco la oreja izquierda, si, tal y como hace siempre que le pica (palabras textuales suyas).
Sin embargo, a ojos de la patrulla aquello olía mal. Por lo que lo siguieron, le dieron el alto y le echaron una soberana reprimenda contra el uso del movil, diciendo que la multa le iba a ser cara. Fue cuando el joven civil paró para pedirle el carne, cuando mi familiar pudo decir que solo se rascaba la oreja y que ni sabia usar, ni tenía movil. Al final tras registrarle la furgoneta y viendo la imposibilidad de multarle por nada mas le dejaron marchar. Ahora eso si, la indignación y la sorpresa lo han convertido en una de sus historias para los nietos.
Desde luego que es una anécdota curiosa Andrés, que es bueno tomarla a risa dado el grado de humor que tiene, aunque sea un poco ácido. El caso es multar por multar y si les sale bien, a seguir recaudando del bolsillo del ciudadano. Muchas gracias por compartir tu caso y demostrar con el ejemplo de tu abuelo que hay sanciones verdaderamente raras pero reales.