Las multas de tráfico más raras del año

Una cita obligada cuando se acerca el estreno de un nuevo año, pasa por hacer balance de los acontecimientos que más relevancia han tenido a lo largo de estos meses. En el campo de las multas de tráfico grandes ejemplos y sentencias han sido motivo de comentarios y visitas que a continuación resumimos en estas líneas.

Cada hora se ponen cientos de multas de tráfico en ciudades y carreteras. Sin embargo a lo largo del año nos hemos encontrado con algunos episodios que han suscitado polémicas y sobre todo risas al resultar increíbles los motivos que han llevado a tan irreales sanciones. Lejos de pensar que son inventadas, comprobamos una vez más como la realidad supera a la ficción y el ánimo recaudatorio en muchos casos no cuenta con límites.

Multas de tráfico extrañas

En el campo de las multas de tráfico, resulta desde divertido hasta increíble la sanción que un conductor recibió por exceso de velocidad. La comicidad de dicha infracción y la curiosidad reside en que el vehículo multado viajaba en el remolque de una grúa. Una intención de lo más escrupulosa de los radares que captaron como sanción un defecto nada fácil de pasar desapercibido.

Otra de las infracciones de las que no se puede lograr una justificación, nos lleva a la historia de un conductor que recibió una multa de tráfico de 80 euros por ir hablando con su copiloto y de esta forma no prestar la suficiente atención en la carretera tal como se especificaba en el parte de dicha denuncia. Un aviso para que en el interior de nuestros vehículos llevemos un ambiente casi monacal, a riesgo de posibles sanciones.

El cinturón de seguridad no entiende de excepciones ni de escenarios. Tal es su importancia que aún en las situaciones más comprometidas, no se dudará en sancionar aunque se rompa un clima de lo más íntimo. Esto es lo que sucedió a un conductor que utilizó su vehículo como refugio de amor y decidió no llevar puesto el cinturón de seguridad, entendemos que para tener más libertad de movimiento. El resultado , una sanción impuesta y la vergüenza de formar parte de una multa de lo más indiscreta.

Como una auténtica moda en un mismo día y en un intervalo muy reducido de tiempo, se extendió cual plaga, las multas a conductores por giros de cuello. Como si hubiesen estado entrenados para el momento, los agentes daban como razón el haber visto a los conductores girando más de 45 grados el cuello en plena conducción. Una capacidad asombrosa de calibre que finalmente ha dado la razón a los conductores al ponerles encima un radar como trampa para que los giros no se pudieran evitar.

Y para guasa entre las multas de tráfico, se encuentra el caso de un conductor que tras sufrir una caída de su moto se le multó alegando que ese percance había sido fruto de no prestar la adecuada atención en la carretera.

Casos mediáticos por excelencia

Dentro de nuestras preferencias y de lo más divertido protagonizado durante el año, destacamos el caso de disputa familiar que llevó a un conductor a circular con su cuñada hasta 5 kilómetros encima de su coche. Un episodio de conducción temeraria con una historia pasional de fondo que por suerte no terminó en tragedia y nos dejó todo un arsenal de bromas familiares.

Y como colofón y mejor ejemplo de cooperación con los agentes y controles de radar, resultó la noticia de un loro que con su piquito de oro delató a su dueño en un control de alcoholemia. Una historia que no entiende de secretos  sobre todo entre dueños y sus mascotas.

Multa de tráfico por no identificar al conductor

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