Las curiosidades de los limpiaparabrisas

Limpiaparabrisas: ¿cuál es su historia?

Estamos acostumbrados a ver los limpiaparabrisas en el coche, y en determinados momentos no sabríamos circular sin ellos. Pero hay algunos datos que no todo el mundo conoce de ellos. Su historia y sus necesidades de sustitución son algunos de ellos.

El diario ABC ha querido arrojar luz sobre un elemento que usamos cotidianamente, pero del que sabemos poco: los limpiaparabrisas. Han condensado la información en 10 puntos, en los que juntan consejos para mantenerlos en óptimas condiciones con pequeñas pinceladas de su historia.

Consejos de mantenimiento

1. Las escobillas de los limpiaparabrisas hay que limpiarlas periódicamente. Sólo así lograremos prolongar su vida útil. Lo óptimo es, al menos una vez al mes, limpiarlas con detergente y esponja.

2. Si el cristal está muy sucio o helado, no es buen momento para accionar los limpiaparabrisas. Es mejor limpiar primero la luna con un paño, y siempre utilizar un líquido especial para este tipo de cristales. Así, estaremos mejorando la eficacia y prolongando la vida de las escobillas.

3. Las escobillas de los limpias tienen una vida limitada. No obstante, esta es larga, tanto que se estima que las escobillas realizan más de 750.000 barridos en su vida, es decir, el equivalente a limpiar 80 campos de fútbol. Por eso, en cuanto veas que da signos de agotamiento (cuando aparecen franjas en el cristal al pasarlos, o cuando hace ruido al accionarlos), será el momento de que se jubilen.

4. ¿Por qué se desgastan las escobillas de los limpiaparabrisas? Lo primero, porque soportan muchas inclemencias del tiempo: cambios drásticos de temperatura, lluvias, exposición a la luz solar… Tanto es así, que los expertos aseguran que los coches que duermen en garaje conservan las mismas escobillas durante mucho más tiempo.

Además, claro está, cuentan con el desgaste de limpiar los cristales.

5. Si es posible, que las escobillas las instale un profesional. Y es que si no nos arriesgamos a que raye el cristal.

La historia de los limpiaparabrisas

6. El invento de los limpiaparabrisas se atribuye a tres inventores, que tuvieron la misma idea en 1903: Mary Anderson, Robert Douglas y John Apjohn. No obstante, el mérito al final se lo ha llevado Mary Anderson, de Estados Unidos. Y es que su sistema fue el primero realmente eficaz, y de su idea se desarrollaron las demás de la época.

El mecanismo de Anderson se basó en una palanca dentro del vehículo y el brazo de resorte se movía hacia atrás y hacia adelante, con un contrapeso que aseguraba el contacto entre la escobilla y el cristal. La patente de este sistema, número 743.801, se aprobó por la Oficina de Patentes de los EE.UU el 10 de noviembre de 1903.

7. Los primeros limpiaparabrisas intermitentes llegaron un poco más tarde. Así, Raymond Anderson (en 1923, patente US 1.588.399); John R. Oishei Etal (patente US 2.987.747); y John Amos (patente US 3.262.042) fueron los encargados de inventarlos.

No obstante, el padre del sistema que se popularizaría fue Robert Kearns. Este profesor universitario de Detroit le presentó el diseño a Ford, que lo rechazó, aunque luego ofreció un sistema similar en sus coches. Kearns demandó a Ford en 1978 y a Chrysler en 1982 por infracción de patentes. Ford llegó a un acuerdo y le indemnizó con 10,1 millones de dólares. Con Chrysler litigó hasta el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, ganando el juicio en 1995 y recibiendo 30 millones de dólares como indemnización.

8. La primera escobilla de caucho la desarrolló Tri-Continental en 1917. Con su mecanismo de dos piezas, fue el que se hizo más popular en su tiempo.

9. El Citroën 2CV disponía, originalmente, de un sistema de limpiaparabrisas mecánico conectado a la transmisión mediante un cable con el que también funcionaba el velocímetro. Cuando el coche estaba parado, los limpiaparabrisas no funcionaban, y había que accionarlos manualmente con una palanca.

Fue en 1962 cuando se introdujeron los limpiaparabrisas eléctricos en este modelo. Otro Citröen, el SM de 1970, fue el primer automóvil que incorporó limpiaparabrisas automáticos en función de la lluvia, con un ingenioso sistema.

10. Bosch tiene la fábrica de escobillas más grande del mundo en Tienen (Bélgica), que produce cerca de 55 millones de escobillas y 8 millones de brazos limpiaparabrisas al año.

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