Olvidarnos de que no estamos solos y que con niños en el interior de un coche, tenemos que cuidarnos muy mucho de lo que se habla y de la forma en que se hace, es el principal pecado capital de los padres. Según una reciente encuesta elaborada por Ford, los pequeños siguen atentos todo movimiento de su progenitor criticando abiertamente los comportamientos de los mayores conductores.
En total se ha encuestado a 2.002 niños europeos con edades comprendidas entre 7 y 12 años y lo que puede parecer anecdótico, resulta ser una preocupación para los conductores. Los niños hablan claro y no mienten y el 66% de ellos afirma que sus padres son «molestos» en el coche. Entre los comportamientos que los niños critican abiertamente destacan los insultos y palabrotas fruto del estrés que en muchas ocasiones se vive en la carretera. Los gritos a otros conductores, excesos de velocidad y el juego discreto -o no tanto- de hurgarse la nariz en plena conducción son algunas de las acciones que los mayores creen que pasan desapercibidas en los niños y en el momento que les ha tocado hablar, estos pequeños han criticado abiertamente.
Del mismo modo, los niños no se muerden la lengua y confiesan que los sobornos son habituales por parte de los padres, a través de chucherías y recompensas para que los viajes resulten fáciles y estos pequeños aguanten sin molestar. Una forma muy habitual de persuadir que en España en torno a un 67% de los niños vive en cada experiencia en carretera.
Menos conformistas con el clásico entretenimiento
La fórmula que utilizan muchos padres para distraer a sus hijos en los viajes y que pasa por cantar canciones, resulta ser una forma especialmente molesta para los niños. Estos además de confesar que no es de su agrado, añaden más leña al fuego criticando abiertamente las canciones como manera de entretenimiento. El principal motivo es que odian que papá y mamá canten al volante.
Generaciones críticas que no dejan pasar una y que son los mejores controles de sus propios padres al volante.
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