La nueva pretensión de la Dirección General de Tráfico (DGT), pasa por otorgar una nueva función a los examinadores con los alumnos.  Se trata de una prueba piloto en la que los examinadores también tendrán  que hacer controles de drogas y alcohol a los futuros conductores. Una medida que ha dejado atónitos a los examinadores de toda España, suscitando con ello una gran polémica, aunque Tráfico asegura que es perfectamente legal.

La perplejidad es la reacción más frecuente entre los examinadores tras enterarse de la nueva pretensión de Tráfico.  Tal como se ha comunicado recientemente en la reunión técnica de Exámenes celebrada el pasado 21 de Enero en la sede de la DGT, se prevén fuertes cambios y nada populares para los examinadores. El motivo de dicho asombro llega con una propuesta nada convencional y completamente exclusiva que obligaría a los examinadores a hacer también controles de alcohol y drogas a los alumnos. Una prueba piloto que empezará a funcionar en febrero tanto en Jaén como en Toledo.

Una nueva ocupación con la que no está para nada de acuerdo el colectivo, dado que implica más tiempo, esfuerzo y dinero, frente a otros requerimientos y peticiones que llevan tiempo en el aire y que son el motivo fundamental para que haya continuos atrasos con los exámenes. La principal petición recae en el personal, que afirman que no es suficiente en número y además ahora se les exige que cumpla con nuevas funciones. Un objeto insalvable de polémica.

Los examinadores se levantan en armas

Con esta iniciativa que empezará a ser una realidad, aunque en pruebas, en las provincias de Jaén y Toledo, se busca fomentar y velar para que de ninguna manera se rompa, en los inicios, una de las principales normas de seguridad, motivo de multas, pérdida de puntos y lo que es más importante: de siniestros y accidentes en carretera.

No habrá multas por drogas sin pruebas posteriores de laboratorio