Los neumáticos son el único elemento de contacto entre el vehículo y la carretera; por ello, la DGT envía recomendaciones para el buen mantenimiento de sus neumáticos, que garantizan que sus vehículos sean seguros y cumplan la ley.
Reglas de oro de los neumáticos
1.- BANDA DE RODADURA.– Es la que proporciona a los neumáticos sus características de frenado, mantenimiento de la dirección y maniobrabilidad. La normativa establece que la profundidad mínima es de 1,6 milímetros. Debe revisarse regularmente, para ello basta con comprobar los indicadores de desgaste que llevan todos los neumáticos. Un indicador de desgaste es un resalte en el dibujo sobre la base de los canales de la banda de rodadura. Cuando la banda alcanza la altura de los testigos, el neumático debe cambiarse.
2.- PRESIÓN.- Se recomienda que se verifique con un manómetro calibrado una vez al mes y en frio. Los neumáticos inflados correctamente aportan más seguridad y menor consumo. La presión adecuada es la recomendada por el fabricante del vehículo y viene indicada en: la guantera, la parte interior de la tapa del combustible, en el manual del usuario o en la parte interior de la puerta. Un neumático con baja presión reduce el agarre a la carretera, provoca un desgaste irregular, daña internamente al neumático, provoca recalentamientos del mismo, acorta su vida útil e incrementa la distancia de frenado.
Muchos vehículos incorporan el denominado sistema de control de presión de neumáticos (TPMS), que avisan al conductor cuando no es la correcta.
3.- REVISIÓN VISUAL.- Periódicamente es aconsejable revisar los neumáticos para detectar abultamientos, grietas, cortes o desgastes irregulares. Un golpe fuerte contra un boridllo o un bache, pueden causar este tipo de daños. También recomiendan revisar la rueda de repuesto, para evitar desagradables sorpresas si tuviera que ser utilizada.
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