La tecnología resulta una fuente inagotable de sorpresas, así como los cambios que en poco tiempo pueden ser los auténticos protagonistas de nuestras carreteras. En concreto, los avances son imparables en lo que a radares y cámaras se refiere en una apuesta constante por reforzar la vigilancia, tal como se ha puesto de manifiesto en el Salón Milipol de París 2015.
Cada vez más preocupados por lo que afirman que es relativo a la seguridad vial, las inversiones tienden a cubrir el ámbito del control y la vigilancia cuya función recae directamente en los radares de velocidad, ¿pero cómo pinta el futuro para estos dispositivos? ¿Hay algún límite más, después de los radares Pegasus? La tecnología aunque no lo creamos no para y sigue constante evolucionando.
En el futuro, tal como ha quedado constatado en el Salón Milipol de París 2015, donde se han presentado los dispositivos más punteros especializados no sólo en seguridad, también se ha querido reforzar mediante tecnología la efectividad en la caza del infractor con las multas de tráfico. Es por ello que entre las futuras medidas, se ha anunciado la implantación de radares multifunción capaces de detectar el mayor número de infracciones posibles. Todo un reto para la recaudación.
Los nuevos radares multifunción
A través de estos radares del futuro, se busca que no haya un motivo que se pueda escapar a la cámara, aunque se produzcan acciones simultáneas y todo esto es posible, porque el dispositivo es capaz de identificar el tipo de vehículo del que se trata, distinguiendo a la perfección a un turismo de un autobús, así como las obligaciones con la velocidad y los límites que afectan a cada uno.
Bajo el nombre de Mesta Fusion, se presenta el primer radar multifunción que es capaz de controlar simultáneamente la velocidad de 32 automóviles hasta en distintos ocho carriles y a distintas distancias. Se estima que sea una realidad en las carreteras a partir de 2017.
En el campo de los radares láser, aparece una versión mejorada del dispositivo láser Ultralyte, que con un tamaño menor, cuenta con un tiempo de reacción de 0,33 segundos, pudiendo operar asociado a un teléfono smartphone o acoplado a un teleobjetivo de de 300mm que puede leer placas de matrícula a 250 metros de distancia identificando a la perfección los tipos de vehículos.
Los radares autónomos
Los radares autónomos, son los que cuentan con una implantación más a corto plazo. Se estima que los denominados dispositivos Alice, puedan empezar a funcionar a mediados de 2016 en las carreteras francesas con cerca de 250 incorporaciones. Se tratan de radares que cuentan con la particularidad que pueden ser instalados en pocos minutos por cualquier persona, apenas media hora, y su potente láser es capaz de controlar a 7.500 vehículos por hora a distancias de entre 10 y 75 metros con flash incluido, para resultar también efectivos durante la noche.
Motivos suficientes para buscarse una buena defensa y la posibilidad de recurrir multas, que con la aparición de estos futuros radares se busca de algún modo su crecimiento de manera exponencial.
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