En ocasiones tentamos en exceso a la suerte considerando que no hay riesgo ninguno o que se tratan de leyendas urbanas. Sí, estamos hablando de multas de tráfico para el que no lo sepa y de la osadía de muchos conductores que aun siendo advertidos de lo que se juegan, tranquilamente ignoran radares, se saltan semáforos o exceden con mucho la velocidad permitida y ¡claro! lo que imaginaban que era una leyenda pasa a llegarles en forma de carta a su domicilio convertido en multa de tráfico.
No se debe de vivir con miedos, pero viendo el panorama que tenemos en donde el paro aumenta vertiginosamente, la crisis no da tregua y estamos más pendientes de una tal prima de riesgo que de nuestros propios familiares, no está de más, el tomarse en serio ciertas medidas aunque sea sólo por pura prevención.
Todo esto lo digo no por dar ninguna lección moral, sino porque mucha gente subestima los radares. Primera cuestión a analizar. Existe la leyenda urbana de que los radares salvo algunos casos bien probados, (como los incondicionales de la M-30 ó M-40), están para intimidar al conductor. Para que no se emocionen de más en la conducción. Sin embargo esta afirmación es completamente errónea para los que la sostengan. Estos dispositivos de seguridad no están de adorno en las carreteras y cumplen de lleno con su función que por supuesto no es intimidar al personal, sino velar en ciertos tramos para que se cumplan los límites de velocidad. Si no se sigue esa prerrogativa no hay más que atenerse a la multa de tráfico que siempre, siempre vendrá. No hay que pecar de ingenuos y más en estos tiempos.
Por otro lado, el tema de los semáforos y las cámaras incorporadas que muchos de ellos llevan ahora. El saltarse un semáforo en rojo es un clásico entre los clásicos y la leyenda urbana una vez más indica que no pasa nada salvo que haya un agente cerca. Sin embargo las cámaras incorporadas que hacen de estos semáforos una especie de ‘Gran Hermano’ controlador, dejarán mudos a más de uno o sin explicación posible cuando les llegue a casa la multa de tráfico pertinente. Si a esto se le suma la reciente campaña de respeto del semáforo promovida por la DGT y que la multa por pasar de largo uno de estos dispositivos de control, es de 200 euros y 4 puntos menos del carnet, tanto con cámara como sin ella es mejor no correr ese riesgo.
No es bueno ser incrédulo en estos tiempos y más si a todo lo dicho se le suma la constante carrera que muchos agentes llevan para poder completar su cupo de multas y que de esta forma puedan disfrutar de beneficios y complementos salariales. Las multas de tráfico no se tratan de leyendas urbanas, sino más bien de historias reales de la vida cotidiana.
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