Si alguna vez hemos respirado tranquilos al haber cometido una infracción y haber visto que no había ningún coche de policía por los alrededores para imponernos la multa pertinente y dejarnos la cara colorada de vergüenza, a partir de ahora esa tranquilidad momentánea se va a acabar. Las multas ya no sólo vienen por tierra sino que pueden caernos desde el propio cielo.

Esto se debe a que la Dirección General de Tráfico (DGT) no quiere que se escape nada y en su minuciosa tarea por controlar las carreteras españolas se alza para patrullar desde el medio aéreo. La Unidad de Helicópteros formada por 18 aparatos, divididos en siete bases asociadas todas ellas a cada uno de los Centros de Gestión de Tráfico, cuenta con cámaras de visión inteligente incorporadas en cada helicóptero. De esta manera este ‘Gran Hermano’ de las carreteras controla cada uno de los movimientos de los conductores. Nada escapa de su visión, desde adelantar una línea continua, hasta hablar por teléfono sin el dispositivo homologado sería captado por sus cámaras y remitido inmediatamente a Tráfico.

Unos dispositivos que estarán especialmente atentos en la operación de retorno de las vacaciones, que junto con las patrullas habituales, velarán desde el cielo para que no haya que lamentar trágicos episodios en la carretera.

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