Estamos acostumbrados a ver la velocidad con la que se multa a diario. Un cometido en el que se trabaja minuciosamente y para el que no se restan esfuerzos. Lo curioso en este caso es cómo la misma Guardia Civil es sancionada por un policía, tras haber realizado estos un mal aparcamiento. Tomando de su propia medicina…
La Policía Local de Olot se ha convertido en protagonista de una noticia, al dejarnos una imagen cuanto menos curiosa, en la que se multaba sin temblar el pulso, a dos vehículos de la Guardia Civil por un mal aparcamiento. Una sorpresa con la que encontraron los agentes mayúscula, dado que estaban inmersos en el registro del Ayuntamiento de la localidad en el marco de la operación Petrum, en busca de pruebas del pago de comisiones del 3%.
Sin embargo las prisas, hicieron que estos agentes fueran en contra de las normas, estacionando mal y por un periodo superior a cuatro horas, que no pasó desapercibido para el jefe de la Policía Local, el inspector Ignasi López que interpuso sendas multas tras las quejas repetidas y llegadas de los vecinos.
Multas ejemplarizantes
Una imagen curiosa que no ha pasado inadvertida, saltando en distintos medios y que dejaba sin palabras al Guardia Civil que estaba en la escena, ante la acción contundente del Policía que no intercambió ni una sola palabra a la hora de poner las multas. Unas sanciones de 80 euros cada una, motivadas por «un aparcamiento no autorizado en la vía pública».
Si estaban trabajando, no deberían llevarse tan mal y entenderse mejor. Yo personalmente no lo veo bien