Nos encontramos una vez más ante un caso sorprendente: conflicto entre ciudadano y agente de la autoridad en el que los dos han sobrepasado los límites de lo cívico. Ha ocurrido en Jaén.
La historia sucedió tal que así: Un ciudadano no siguió las órdenes de un policía que estaba regulando el tráfico en la ciudad andaluza debido a las obras del tranvía. Mientras el agente le indicaba que debía seguir hacia el frente, el conductor se empeñaba en seguir hacia la derecha.
Todo ello derivó en un cabreo por parte de ambos y al final el agente se metió en el coche para quitarle las llaves y que de ese modo no se moviera, ni a la derecha ni tampoco al frente. El tema ha acabado en los tribunales, como era de esperar, aunque el resultado no ha sido favorable hacia las propias autoridades, ya que el juez ha absuelto al conductor debido a que considera que el Policía se extralimitó con su reacción, a pesar de que éste había alegado que era su forma de evitar que se diera a la fuga.
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