La policía francesa ha sorprendido a un conductor vasco de 56 años ebrio que dio 4,75 gramos por litro de sangre en el análisis al que fue sometido. Llevaba 240 kilómetros al volante cuando le dieron el alto.
Los expertos no dan crédito a este resultado a la prueba de alcoholemia pues, según dicen, es casi imposible dar más de 3 gramos de alcohol por litro de sangre, puesto que en ese momento quedaría inconsciente. Al parecer, cuando el conductor fue detenido no sabía ni de dónde venía ni a donde iba. De hecho, fue incapaz de soplar y por eso le llevaron directamente a un hospital cercano.
El resultado de la prueba que ha desvelado ese nivel de alcohol en sangre es, pues, algo insólito y nunca visto en un control en carretera. Hay que aclarar que hay dos escalas para medir el grado etílico de una persona. Los alcoholímetros que se usan en los atestados miden en miligramos/litro de aire espirado. El límite legal para poder conducir es de 0,25. Pero como el conductor no podía soplar y fue llevado a un hospital a que le hiciesen la prueba, el resultado es medido en gramos por litro de sangre. En ese caso, el límite legal sería 0,5 gr/litro. Legalmente se aceptan ambas medidas, que son facimente convertibles ya que una es el doble de la otra.
En cualquier caso, salvo que la Policía gala se desautorice a sí misma al haberse hecho público el atestado del caso, un conductor vasco, de 56 años, fue sorprendido el pasado julio al volante con una tasa de, 4,75 gramos de alcohol por litro de sangre. Según el diario Sud Ouest, el caso se registró en la autopista A-89 cuando una patrulla procedió a identificar al ocupante de un vehículo estacionado en el carril de emergencia en la vía que va de Burdeos a Perigueux, a la altura de la localidad de Saint-Seurin-sur-l’Isle.
Cuando los policías galos se acercaron al conductor vieron que desprendía un fuerte olor a alcohol, por lo que procedieron a hacerle la prueba, que tuvieron que posponer porque no era capaz de soplar en la prueba de aliento. Fue en ese momento en el que decidieron trasladarle a un hospital, donde le hicieron la prueba de sangre que desveló la cifra final: 4,75 gramos de alcohol por litro de sangre.
Esa cantidad de alcohol superaría la del coma etílico
El conductor, de 56 años, no recordaba cuál era su destino ni cuánto alcohol había ingerido. La policía solo pudo comprobar que el conductor procedía de Saint-Martin-de-Seignanx, de la frontera entre las Landas y el País Vasco, y que a duras penas, rozando el coma etílico, había recorrido 240 kilómetros. Al individuo, que tendrá que presentarse en el Tribunal Penal de Libourne en octubre para declarar, se le ha retirado el carnet de conducir durante un mínimo de seis meses. Los responsables judiciales esperan que el conductor vasco pueda responder a alguna de las incógnitas que quedan sin respuesta.
Médicamente se considera que por encima de los 4 gramos -una tasa alcanzable, pero a la que es complicado sobrevivir- el cuerpo sufre una falta general de comportamiento, pérdida del conocimiento y hay una posibilidad real de muerte inminente.
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