Le multan en Oviedo y tiene el coche embargado 3 años después en Madrid

Coche embargado tres años después

Tener el coche embargado es una faena, se mire como se mire. Pero si encima no sabes por qué, mucho más.

Si a cualquiera puede quitarle el sueño la idea de que aparezca el cartero con la notificación de una multa, debe ser terrible encontrarte, de buenas a primeras, con el coche embargado. Y sin saber siquiera por qué.

Eso es lo que le ha pasado a un joven madrileño, Héctor García Sánchez. El joven, residente en Alcalá de Henares, pasó un fin de semana en Asturias hace 3 años. Ahora, su coche ha terminado embargado por una multa que le impusieron entonces.

Para más inri, el coche, un Rover de color verde, es de su padre. Al parecer, en el momento en el que el coche era embargado, él exclamó:  «¿Oviedo? Si yo no he estado en Oviedo desde hace 27 años».

Primero fue la grúa, luego el coche embargado

Todo comenzó con una multa de zona azul que le pusieron a su hijo Héctor durante su estancia en Oviedo y que «se ha salido de madre».

«Fui a Asturias a pasar unos días, concretamente a Llanes, y me acerqué desde allí a conocer Oviedo», cuenta Héctor García a La Voz de Asturias. Al parecer el joven, una vez que hubo llegado a la capital, estacionó su vehículo en las cercanías del Parque del Oeste en una plaza de aparcamiento de zona azul, regulada por el ayuntamiento. Hasta ese momento, todo en orden.

Héctor estuvo recorriendo la ciudad, pero a la hora de emprender el regreso fue cuando empezaron a suceder algunos hechos que le dejaron fuera de juego: cuando llegó -eso sí, sobrepasando la hora estipulada- el coche no estaba.

Según asegura, lo rpimero que pensó fue que le habían robado el coche de su padre. Pero en realidad, tal y como le hizo saber un cliente del bar de enfrente, se lo había llegado la grúa.
«Que me pongan la multa por llegar fuera de hora, correcto, pero, ¿que se lo lleve la grúa?», comenta el joven. Acto seguido acudió al depósito, donde recuperó el vehículo previo abono de 80 euros, pero se negó a pagar el importe de la multa por aparcar fuera de hora en zona azul en ese momento. Y es que el enfado pudo más.

Pensó en tomar algún tipo de acción legal, denunciar, pero con su vuelta a Madrid estos pensamientos desaparecieron con el tiempo y lo acaecido quedó una anécdota más.

Tres años después llega el embargo

Madrid, 18 de octubre de 2016. Tres años después del incidente ovetense, el padre de Héctor circula por las afueras de Alcalá de Henares con el Rover verde y es parado en un control. Esa parada, que no debería llevar más de unos minutos, tuvo un desenlace totalmente inesperado: una notificación de que el coche sería embargado y el vehículo precintado.

Sin saber por qué le quitaban el coche, ya que no han recibido ninguna notificación en estos años, el señor preguntó al agente la razón, que resultó ser el ayuntamiento ovetense por aquella multa impagada. «¿Oviedo? Si no he estado allí hace 27 años por lo menos», fue la contestación.

Por lo tanto, tres años después, vuelta a empezar. Les ha tocado abonar la multa -que ha ascendido a 123,75 euros con el paso del tiempo- para que el vehículo deje de estar embargado. «Por suerte los costes de arrastre y depósito no nos los han cobrado porque han considerado que lo que nos han hecho era una vergüenza. Los agentes no se lo creían, se llevaban las manos a la cabeza», comenta el madrileño.

Ahora, tiene muy claro cual será su siguiente paso: tomar acciones legales contra el Ayuntamiento de Oviedo. «Lógicamente quiero denunciarles por ejecutar estas acciones, las cuales creo que están fuera de lugar y son claramente abusivas, tratando al ciudadano como un delincuente», asegura, definiendo la situación como «una auténtica tomadura de pelo».

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